martes, 1 de marzo de 2011

¿Por qué hago éste blog?

Me he puesto moñas. Dulce nostalgia con sabor agrio a caducado. La música es algo que sale de debajo de las piedras de todas las ciudades, calles y duchas. Así que… ¿qué coño pasa con Tarragona? Y no, no es una pregunta mito de la caverna.

Por momentos, parecía que salas, promotores y encargados varios de poner la pasta sobre la mesa iban a ser carne de cañón permanente en el blog. Pero no. Vamos a hacer más amigos.

Es la ley de la oferta y la demanda. Puede haber un supermercado de excusas, pero la realidad es que vamos camino a que el artista deberá pagar al público. Y no tiene nada que ver con la calidad musical.

Es un problema de autocomplacencia, comodidad, vagancia y nula inquietud musical. La pose ya lo es todo. Y qué mejor instrumento que spotify para trabajarse un discurso reputado. Sí, la cosa está chunga.

Catarsis con Hemingway
Ya que no pagamos por escuchar música en casa, hay que empezar a asimilar la idea de que la música en directo es un servicio. Y cualquier artista que genere algo de música decente tiene derecho a ver recompensado su trabajo si es consumido.

Dicho esto, a ver si me comentáis, que así parece que tenga más lectores. Y me acredito para los conciertos. 
Coño.

1 comentario:

  1. jajaja nada ya te comentamos!!

    eres de los que pagas en spotify y en itunes? o te lo descargas todo vía online?

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