Bajemos del nirvana de cartón que nos vende Tarragona a nivel musical. Descendamos más aún si cabe. Enfundámonos guantes de látex para bajar a los infiernos que preceden a la fama o, simplemente, al pasado de alguien que algún día soñó (y creyó, por eso lo intentó) en que alguien pagara por verle tocar.
Salas de ensayo, horas de noche que zumban en el optimismo y conciertos primerizos que amenazan con dejar a la orilla jóvenes bandas con ilusión y poco más. Ayudas, promociones e ideas nulas a parte, hablemos de lo esencial (después del talento y el trabajo): los instrumentos.
Ahí, ahí. Shop webs musicales como Thomann y Musik Produktiv acostumbran a llevarse la pasta mientras convierten a los comerciantes locales y sus productos en meros conejillos de indias para el cliente a la hora de invertir en un instrumento.
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| Local de ensayo (200€ / mes). ¡De pm! |
Por eso, es conveniente acercar a las dos partes. Por una, que los comerciantes de la ciudad se pongan las pilas con los precios y hagan competencia directa a dichas webs (me consta de primera mano que algunas ya se han puesto manos a la obra). Por otra, que estos jóvenes que reclaman apoyo institucional de su ciudad apuesten por los comercios locales.
Y si no, que Thomann les busque bolos.
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